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D u o r a m a #128

artistas de Toronto

Paul Couillard * Ed Johnson * 

 

Vol. XXXXIII de la Serie Open field / campo abiertO

Laboratorio de acciones 100 x Siento - año 2018

 

Curaduría: Graciela Ovejero Postigo

 

Jueves 24 de Mayo 19:30hs>Obra/s + Conversa informal con BRINDIS 

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Pensamientos  P R O L O G A R E S

De qué manera es posible y “productivo” pensar la curaduría en el marco de una práctica que reclama para sí apertura, libertad e irrenunciable autonomía creativa? Es claro que hay una diferencia entre organizar y producir una muestra de performance y asumir el crítico rol de la curaduría, donde la convención de ejercicio y la socialización de sus resultados han configurado una profesión de alto perfil que en muchos casos hasta llega a competir en creatividad con el tradicional protagonismo de lxs artistas. Lo cierto es que en la cultura de esta práctica, la de la performance o arte-acción, la producción de eventos y muestras han estado desde el principio y se mantienen aún en gran medida, en manos de lxs artistas mismxs, y, que en el desarrollo de ese ejercicio ‘by default’/ de hecho, se han creado y especializado diversos tipos de conocimientos identificables en el espectro de acciones implicadas, con los cuales todx artista del campo necesariamente entra en diálogo. Un diálogo que sin renunciar a la fundante criticidad subjetiva y cultural de la práctica, es íntimo,  consciente y emocional también. El ‘conocimiento’ que el arte acción / performance-art contribuye a la ronda de los conocimientos del arte y las ciencias humanas es un ejercicio práctico de autoconocimiento y liberación del ser como ser vinculadx, complejx y transmutable. 

 

Por más que estos bocetos de ideas puedan tal vez aplicarse a la generalidad de las prácticas artísticas, toda vez que implican lo curatorial, estoy siempre reflexionando dentro y a partir de algunas experiencias y legados del arte acción / performance-art, como arte vivo contemporáneo. Un arte de la subjetividad emplazada, en ejercicio de autoconciencia, se asemeja a prácticas meditativas, terapéuticas, chamánicas, analíticas, decodificantes, inquisitivas, regeneradoras tal vez. De hecho, como toda la poesía, contempla el misterio de la multiplicidad de lo vivo y de la muerte, la efimeralidad misma.   Así, la idea y posibilidad de ‘lo transmutable’ nunca puede ser determinado o producido desde fuera del ser. Si la práctica curatorial es una actividad propositiva, a partir de una investigación, observación de un cuerpo de conocimiento del cual en su tratamiento se vislumbra un valor, una potencialidad o interés a explorar, es decir algo que promoverá la expansión de lo conocido y reconocido en un contexto determinado, entonces, la práctica curatorial es una práctica de relacionalidad, empatías, asociaciones y posibilidades que deberán atender y mantener una sinergía promotora de la exploración y respetuosa de las libertades de lxs artistas.  

 

Uno de los artistas visitantes que participan de esta muestra, Paul Couillard, es un reconocido curador de performance-art de Canadá e internacionalmente, su respuesta es “abordar la curaduría de manera semejante al abordaje del trabajo como artista de performance”.  Se trazan posibilidades sobre la base de unos primeros signos que genera un reconocimiento y se propone u observa algo a partir de lo que ese encuentro pueda sugerir en sí mismo o por realce en relación al contexto en el cual será presentado. En otras palabras, pensar la curaduría de la performance como una complicidad que propicia la emergencia de una obra, por cuenta propia, para atraer y contribuir a una reflexión abierta, inconclusiva.

 

Como mínimo podemos apuntar dos cualidades fundamentales del trabajo y compromiso de los artistas de Duorama, Paul Couillard y Ed Johnson, como valores de gran relevancia reflexiva, política e incluso metodológica con respecto al hacer artístico en conjunto. Estas cualidades son el escrutinio e interpelación sensible de los mandatos de la masculinidad normatizada como filtro ordenador de la conducta y autopercepción, que los afecta como personas, ciudadanos y artistas, incluso como pareja y matrimonio gay de procedencia blanca de clase media, como condición básica subyaciendo toda creación. Este tipo de conciencia activa y cuidado en la discursividad lúdica y simbólica que generan sus muy pensadas acciones, son un regalo poético y un beneficio crítico, con escasos ecos en contextos donde la masculinidad en el arte y fuera de él, ejercen sus atributos sin evidente autocrítica y exposición de su intimidad, salvo contados casos. Este escrutinio político personal  no es una cuestión que atañe sólo a la masculinidad gay, sino a toda la comunidad creativa y a todo artista varón en particular. Podríamos tal vez ensayar que el concepto operativo de Duorama expresado como “site-responsive performance” para explicar el tipo de abordaje o metodología de su trabajo, se aplica también como punto de partida a los componentes y tensiones propias del ser varones y de la masculinidad como constructo.  

 

Los más de veinticinco años de relación y 18 como dúo artístico de performance, considerando la intensidad de la disciplina y vulnerabilidades que promueve, admitiendo develamientos y decisiones que frecuentemente no se definen hasta minutos antes de la concreción de una acción, no es un logro menor de conocimiento del cual mucho tendríamos para considerar. Paul y Ed hablan de ‘un contrato’ de acuerdos mutuos que les permite entrar y salir del ‘trance’ de la obra y seguir con la vida como tal. Aquí, el viejo eslogan del arte asimilándose a la vida, cobra un quiebre interesante. Así como aquella comparación entre la sangre de salsa de tomate del teatro y la sangre real del cuerpo de la/el artista performer, no es suficiente ya ni para comenzar a pensar qué es hoy esta práctica, es interesante reconsiderar las transacciones entre la vida como tal, las diversas densidades de su temporalidad en gran parte rutinaria y necesariamente prevista, y la temporalidad ‘otra’ del trance consciente hipersensibilizado de la performance que seguramente admite la contribución de todo un set de virtuosidades adquiridas con el “hacer mientras se hace”, la regla de oro de una de las maestras inspiradoras de estos artistas, la maravillosa Rachel Rosenthal y su mantra “DbD / Doing by Doing”.   

 

Duorama #128 está siendo gestado, el jueves 24 a partir de las 19:00 hs saldrá a la luz.
 

 

Graciela Ovejero Postigo ©Mayo 2018  

D u o r a m a  bio 

 

Durante los últimos 18 años, Paul Couillard y Ed Johnson han trabajado juntos en Duorama, una serie de obras de arte de performance que exploran nociones de relación --entre sí, con el entorno y con el público. Responder al sitio y examinar actitudes culturales hacia la intimidad masculina son elementos clave de su proceso. Los temas recurrentes giran en torno a queering los espacios, a desvelar  historias ocultas, imaginando nuevas hibridaciones y explorando interpretaciones cambiantes de lo que es político y lo que es personal. Muchas de las obras se pueden leer en términos del clima social y político actual en torno a la cultura gay, ofreciendo referencias dubitativas a temas como el matrimonio homosexual, el estado del VIH y las representaciones de la cultura gay. Divertidas, seductoras y, a menudo, minimalistas, estas piezas se basan en las tensiones competitivas y de colaboración que subyacen a todas las alianzas. Hasta la fecha, se han presentado 127 actuaciones de Duorama en galerías, festivales y diversos eventos en Canadá, Francia, Polonia, Croacia, Ucrania, Bielorrusia, Finlandia, Alemania, Suiza, España, EE. UU., Singapur, Irlanda y el Reino Unido. 

Biografías breves de lxs artistas:

Paul Couillard ha trabajado como artista, comisario y teórico cultural desde 1985. Ha creado más de 200 trabajos individuales y colaborativos en 24 países. Fue Curador de arte de performance para Fado de 1993 a 2007, y también es co-comisario fundador del Festival de Arte de Performance Internacional 7a * 11d, ambos con sede en Toronto. Es el editor de Canadian Performance Art Legends, una serie de publicaciones combinadas de texto y DVD sobre artistas mayores de la performance-art en Canadá,  publicados a través de Fado. La primera entrega, La Dragu: el arte vivo de Margaret Dragu fue lanzada en 2002; el segundo libro, Ironic to Iconic: The Performance Works de Tanya Mars fue lanzado en 2008; y el último, Alain-Martin Richard: Performances, Manœuvres et autres hypothèses de disparition / Performances, Manéuvers and Other Hypotheses for Disappearing, coeditado con Alexandra Liva, se publicó en 2014. 

Ed Johnson es un artista visual que ha creado obras de performance desde 1996. Su trabajo como solista a menudo ha explorado temas de comunicación / no comunicación (Box, Words of Love) y del estado del VIH (Inquisitive / Inquisitor, Untitled "[sic] "). Actualmente su enfoque se centra en la masculinidad, incluyendo Pro tanto quid retribaumus (por tanto, cuánto pagaremos) y política (Niqab, sauver la reine). Ed Johnson es miembro fundador de Fado, un centro de artistas de performance ubicado en Toronto, donde se desempeñó como miembro de la junta hasta 2010. 

La participación de Ed Johnson ha sido posible gracias al apoyo del Consejo para las Artes de Canadá.

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