Bagaje y trans-Alojamientos del Desacato //

Espiritualidad deseante en instancias expulsivas de un horizonte apocalíptico

¿Quién puede negar que vivimos tiempos abrumadores? Que la bruma de la violencia ya es bruma de crueldad, e intermitente? Crueldad sistémica, profesionalizada, erudita, industrializada, desmemoriada, financiera, algorítmica, global. ¿Quién, puede negar que la construcción del concepto de ‘humanidad’ imperante, de raíz occidental, elevada  sobre la base de una auto-asignada superioridad de especie, “la especie inteligente”, ha traicionado todos sus argumentos civilizatorios, hacia la naturaleza y su propia cultura y es la matriz de un paisaje de destrucción enmascarada, agotamientos, enfermedad y extinciones sin precedentes, que tampoco la excluyen, como ha excluído en su “razón” imperial, la inteligencia inconmensurable de lo que la contiene? Razón que organiza escindiendo-se,  ciega de sí como seguramente incontrolable desde la propia lógica totalizadora y aplicación masiva del mandato:  “progreso y crecimiento constante”. Imagen y semejanza del dios capital. Razón moderna. ¿Inteligente? Al interior de esos parámetros se nos ha inculcado y hemos entendido las injusticias como crueles y las crueldades como exceso negativo respecto de los supuestos atributos canonizados para describir la “humanidad”.  

La “des-humanización” de la especie humana, hecha escuela, estado, economía,  se ha perfeccionado y tecnologizado de manera acelerada desde la 1ra guerra mundial. “Guerra Mundial”, obra histórica de los estados dominantes de comienzos del siglo 20, creaciones “del hombre”, de “la humanidad”  ¿Cuál humanidad?  Al centro del canon está la semejanza de un  único dios creador blanco, masculino, punitivo, elitista, depredador, en apariencia  heterosexual. Una espeluznante minoría. La mítica fundante de la expulsión del paraíso como castigo divino al desacato de la mujer por el deseo de saber, es la perfecta confesión ficcional de un inconmensurable complejo de inferioridad. ¿Cómo podrían haber triunfado las democracias, a la manera de la ley divina del “progreso y crecimiento constante”, cuando se decide adoptar y adorar la ignorancia? Quienes hemos estado y seguimos por fuera del modelo aspiracional competitivo, exterminante, y somos gran mayoría –admitido o no--, tenemos la posibilidad de la expansión de conciencia desde la autoafirmación, y la oportunidad coyuntural y cósmica del desacato. Los cuerpos pen-sintientes no-masculinizados, no-conformantes del canon “heróico”, que resisten la centralización hegemónica de ‘lo heterosexual’,  exclusivización de sus méritos y el sometimiento productivista-consumista, ya de-facto potencializados por fuerza testimonial para imaginarlo y en muchos  casos cuerpos inmersos en conductas auto-reparadoras en vincularidad,  tenemos la responsabilidad de crear un otrx mundx.    

Los cambios comienzan en la inmediatez, desde lo interior hacia afuera y en ocasiones comienzan con una renuncia. ¿Hay dónde exiliarse hoy? Tal vez invertir el sentido de “de mal en peor” > “de peor a menos peor”, para reducir afectaciones negativas. No hay “tierra prometida”, hay basural. Hemos saturado nuestras propias metáforas de la felicidad colectiva, del “horizonte”. El autoexilio hoy es casi una rutina emocional.  Sin embargo,  en esos intersticios apremiantes de la pregunta, de lo vulnerable, de lo ambiguo y contradictorio, hay potencialidad insurgente. Energía que se niega a ser atrapada y categorizada, funcionalizada de alguna manera, consensuando el ‘master’ plan patriarcal. Asumir la propia subjetividad como alterable, como obra-en- proceso y potencia transformadora es algo bastante familiar para  muchxs artistas y personas corridas de lo “humano”. Desde la conciencia y auto-lectura en los lugares de lo expulsable, residuable, extinguible, ninguneado, invisibilizado, no-suficientemente-“humano”, “insuficiente”,  surgen y resurgen discursos y ejercicios críticos a los dictados de la colonialidad del poder, porque el halo de la plusvalía no alcanza a reflejarse en su espejo, esa excepción que constituye y define lo marginal es precisamente el principio de valor de una deconstrucción y reconfiguración alterna posthumanista, crítica del humanismo moderno de la normalidad patriarcal.

Los artistas de este volumen transitan actualmente, una doble versión de la experiencia expulsiva del contexto de origen en el corriente desconcierto latinoamericano afectado por la crisis global e integral del mundo concebido y dominado por la occidentalidad colonial moderna. Ambos escogen declararse en autoexilio, como una decisión afirmativa de la creatividad, que implica una manifestación de rechazo y una voluntad de apertura y expansión, pero tanto la partida como el virtual retorno abarcan realidades y riesgos distintos.

De generaciones e identidades nacionales sudamericanas diferentes --Venezuela, Brasil--, convergen coincidentalmente hoy, en una residencia en nuestro espacio. Convergencia y diferencias traman un espectro complejo de síntomas y afectaciones históricas, familiares,  ancestrales, propias de la irresolución colonial y la crisis general del capitalismo último, que detonan versiones particulares. Esta no planificada convergencia espacio-temporal, triangula en la situación de residencia artística en Peras de Olmo – Ars Continua, un espacio gestado como vórtice de hiper-territorialidades para acoger y tratar bagajes simbólicos de identidades críticas. Espacio constituido desde mi propia experiencia de argentina norteña, diasporizada en la inmediata post-dictadura (1985) y re-trasplantada 25 años después a una Buenos Aires finalmente latinoamericanizada por el flujo migratorio regional de este siglo, refleja algo de los movimientos de reconfiguración crítica de nuestra actualidad continental.   

Inmersxs en las circunstancias de las no-casualidades no-planificadas que nos encuentran, veo en la progresión y sustentos de obra de cada uno de estos artistas, nuevas y genuinas  manifestaciones del desacato, que incursiona en lo posthumanx, con una incidencia de ancestralidad y espiritualidad americana. Desacatos que no se sostienen por clichés partidista y entienden lo político como una intimidad expresable no ajena de entramados y proyecciones de la interioridad pensintiente, más allá de las constitutivas grillas antropocentristas de la propia construcción existencial en la que innegablemente estamos insertxs. Las obras de acción inéditas que tendrán lugar bajo los títulos:Jirajara con flor de fuego de Frank Trejo,  y Criados Mudos de Wagner Rossi Campos, parecen trabajar desde algún tipo de certeza.  ¿La del  vaciamiento/exilio que permite todo y por lo tanto gesta el rigor poético para no perderse? Las propuestas activan universos espirituales afirmados en la potente otredad de sus deseos.  

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Graciela Ovejero Postigo ©Julio 2018